El daño cerebral traumático y algunas formas de demencia afectan con frecuencia el control de la conducta social. Este es uno de los problemas que más desborda a los familiares; sin embargo, tiende a pasarse por alto. Esta entrada está dedicada a estas familias, para facilitar la comprensión de estos cambios y que puedan afrontar este difícil reto desde otra perspectiva.
En la conducta social influyen por supuesto factores previos al accidente y/ o a la enfermedad: rasgos de personalidad, capacidad intelectual, estilo de afrontamiento, educación, ambiente socio-familiar, … Por ello es muy importante valorar en qué grado ha cambiado la forma de actuar de la persona respecto al estado previo.
Tras el accidente y/o el inicio de la enfermedad, también puede haber múltiples factores que influyen en la conducta social: la afectación de regiones cerebrales implicadas en su control (áreas ventro-mediales y órbito-frontales del cortex prefrontal, sobretodo en el hemisferio derecho), el deterioro de capacidades cognitivas (memoria, planificación, flexibilidad,…), trastornos emocionales (apatía, depresión…), y estados psicológicos reactivos a los cambios (no solo a los cambios en la capacidad de la persona, sino también a los cambios de roles y en la dinámica familiar).
A continuación, transcribo la propuesta de C. Pelegrin y col. para la evaluación de los diferentes componentes de la conducta social en la Demencia Fronto-Temporal:
• Autorregulación social
¿El familiar o paciente se ha vuelto más extrovertido con mayor tendencia a interaccionar con los demás? ¿El paciente se comporta ante personas desconocidas como si se tratase de amigos muy cercanos? ¿Se toma libertades, toca, abraza a los demás, no guarda el espacio interpersonal de forma apropiada? ¿Se entromete en las conversaciones y las interrumpe? ¿Puede tener conductas molestas e irritantes para los demás?
• Autoconciencia social
¿Es incapaz de realizar autocrítica de que su conducta social es inadecuada y causa malestar e incom- prensión en los demás? ¿No es capaz de modificar su conducta en función de la posible respuesta de rechazo de los sujetos con quienes interacciona? ¿No es capaz de utilizar sus experiencias previas para autorregular su comportamiento social?
• Pérdida de empatía cognitiva
¿Se ha vuelto caprichoso, egocéntrico o egoísta, como si sus necesidades sean las únicas? ¿Le cuesta identificarse y comprender a los demás? ¿Tiene dificultades para percibir las dificultades o los estados emocionales negativos de los demás?
• Perdida de empatía emocional
Con respecto a los sentimientos ajenos, ¿se ha vuelto más insensible e indiferente?, ¿llega a ignorar el estado emocional o se preocupa menos por los demás? ¿No es capaz de expresar sentimientos de simpatía y preocupación orientados al otro/a? ¿No es capaz de manifestar sentimientos de malestar como angustia en situaciones de tensión interpersonal?
• Agnosia moral
¿Puede distinguir lo correcto de lo erróneo y, a pesar de todo, ser incapaz de utilizar este conocimiento para regular su conducta amoral? ¿Tiene la impresión que han disminuido sus escrúpulos o que ha perdido la mayor parte de los valores morales?
• Comportamiento pseudopsicopático
¿Su familiar o el paciente ha realizado conductas contrarias a las normas sociales y con posibles repercusiones legales como tocamientos sexuales inadecuados, violaciones del tráfico, agresiones, robos en los supermercados, no pagar de forma deliberada una deuda, actos pedofílicos, posturas indecentes en público, orinar en sitios inapropiados y robar comida?
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Referencias:
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