La frecuencia de APATÍA en las categorías de riesgo de evolución a demencia, deterioro cognitivo leve (DCL) y deterioro conductual leve (DCoL), llega a alcanzar en algunos estudios hasta un 40-50%. Pero es que, además. la presencia de apatía en estos individuos se ha asocia con peor rendimiento cognitivo y funcional y con un mayor riesgo de conversión a demencia.
Pero ¿Qué es la APATÍA? A pesar del uso común del término, no es infrecuente que confundamos apatía y depresión.. Pero, aunque puedan presentarse juntas, no nos referimos exactamente a lo mismo. La depresión se caracteriza típicamente por una afectividad y pensamientos en tono negativo (tristeza, llanto..); sin embargo, en la apatía hay más bien una carencia de afectos y preocupaciones, la persona se muestra indiferente. Además de este «aplanamiento» afectivo, el síndrome de apatía se manifiesta también con una reducción de las conductas dirigidas a un fin y de la actividad del pensamiento.
Hay diferentes escalas que evalúan la apatía, y la sensibilidad para diagnosticarla será diferente según la escala que utilicemos y la población evaluada; por eso es importante utilizar instrumentos desarrollados para y validados específicamente en la población que queremos evaluar. Para la detección de síntomas en fases previas a la demencia se ha desarrollado el Cuestionario de Deterioro Comportamental Leve (MBI-C) (todavía en fase de validación), que explora el área de «intereses, motivación e impulso» con las siguientes preguntas:
- ¿La persona ha perdido el interés en los amigos, la familia o actividades caseras?
- ¿Carece de curiosidad en temas que antes le atraían?
- ¿Se ha hecho menos espontánea y activa? Por ejemplo, ¿Tiende menos a iniciar o mantener una conversación?
- ¿Ha perdido la motivación para realizar sus obligaciones o intereses?
- ¿Es menos afectuosa y/o carente de emociones en comparación a como era habitualmente?
- A esta persona, ¿ya no le importa nada?
No obstante, antes de pensar en un estado “de enfermedad” (o de riesgo), debemos tener en cuenta factores externos que pueden contribuir a la manifestación de la apatía, como la falta de interacción social y/o de oportunidades para realizar actividades valiosas para la persona. Como les digo habitualmente a mis pacientes: “si no regamos una planta, se mustia..”.
La apatía no es fácil de tratar médicamente, porque la respuesta a fármacos es muy pobre. Pero sí es importante revisar la pauta de tratamiento farmacológico, porque algunos fármacos pueden provocarla o empeorarla (especialmente los psicofármacos: antipsicóticos, benzodiacepinas y algunos antidepresivos- ISRS a dosis altas). Algunos estudios han encontrado mejoría discreta en la apatía con tratamientos específicos para la demencia cuando esta enfermedad ya es manifiesta; pero no se ha evaluado ni existe indicación para su utilización en fases previas. Algunos fármacos estimulantes, como el metilfenidato (muy conocido por su utilización en Trastorno Déficit de Atención e Hiperactividad en niños), han mostrado también resultados positivos en personas con demencia; pero no se han investigado en población con DCL o DCoL.
Sin embargo, dadas las repercusiones negativas de la apatía en el funcionamiento de la persona y en su entorno (se ha asociado con mayor sobrecarga familiar), es importante su abordaje; los profesionales en Terapia Ocupacional pueden ayudarnos a diseñar un programa de tratamiento específico para la persona. Aunque no hay estudios para la apatía en personas con DCoL, algunas terapias no farmacológicas han mostrado beneficio para mejorar la apatía en personas con demencia: musicoterapia, actividades “a medida” de la persona, estimulación cognitiva, terapia multisensorial, arteterapia, y conversación terapéutica.
Si estas leyendo esta entrada como cuidador de una persona con apatía, y has llegado hasta aquí, seguro que te preguntas: «muy bien.. pero cómo debo tratar a mi familiar?». No me olvido de tí! Lo más importante para evitar mayor carga emocional para ambos es NO CULPARLE, porque apatía no es pereza ni rechazo de colaboración. Intenta MOTIVARLE: animarle a que participe en actividades que previamente le gustasen, escuchar música de su agrado e invitarle a colaborar en tareas en la medida que pueda, fragmentándolas en pasos más sencillos si son tareas complejas. Incluir actividad física (caminar, bailar, practicar algún deporte) en las rutinas del día a día también puede ayudar. Eso sí, tendrás que tener FLEXIBILIDAD.. porque tu propuesta puede «caer» mejor un día o en un momento que en otros.
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Fuentes:
Sherman C y cols. 2018; Int Psychogeriatrics 30 (2): 177-184
Mild Behavioral Impairment Checklist (MBI-C). Ismail Z 2016. www.MBItest.org
Rao V. & Vaishnavi S The traumatized Brain (…). JHU Press Health Book.
JL Muñoz. En: Curso Síntomas psicológicos y conductuales en la demencia: Síndrome apático-amotivacional. Organizado por Sociedad Española de Psicogeriatria SEPG (2021)
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Si quieres saber más de la apatía (profesionales), te dejo el enlace a una reciente revisión en la que analizamos el carácter trans-diagnóstico de la apatía y sus correlatos neuropsicológicos y nerobiológicos: Gracia-García P y cols. 2020; Curr Opin Psychiatry 33.